El error más común en los mercados y que se sigue y seguirá repitiendo hasta el fin de los días, es comprar al calor de las subidas (euforia) y vender cuando hay pánico. Esta acción, que así explicada fríamente cualquiera puede ver que lo peor que se puede hacer en bolsa, es sin embargo, la acción más repetida por los inversores no profesionales. Pongamos como ejemplo este año: un inversor, al ver todo lo que había subido la bolsa en el primer trimestre decide invertir en el mes de abril en renta variable (sin tener en cuenta su perfil de riesgo y cuánto está dispuesto a perder así como el horizonte temporal de la misma) y no presta atención a su inversión hasta que en las noticias ve que los mercados se están hundiendo por China, Volkswagen, etc, y le entra el miedo. En ese acto de miedo mira su fondo y ve que está perdiendo un 15-20%, y en lugar de actuar fríamente y darle un margen temporal para que se recupere, decide vender. Después de esta clásica acción es cuando la gente dice que en la bolsa siempre se pierde, y en efecto, se pierde sino sabes ni cómo, ni dónde ni cuánto tiempo quieres que dure esa inversión.
Por lo tanto, ¿Qué es lo mejor que puede hacer un inversor? Lo primero, buscar un asesor financiero independiente, que realmente busque lo mejor para él y no para la entidad en la que trabaja. Segundo, ser completamente honesto con el asesor y definirle claramente el patrimonio, el horizonte temporal y el riesgo que quiere asumir (entendamos riesgo por la pérdida con la cuál dejas de dormir). De esta manera se tendrá una inversión ajustada al cliente y no a los objetivos comerciales de una entidad, minimizando los riesgos para el primero y aumentando la satisfacción con su asesor ya que la rentabilidad será la que estaba buscando.