Parece que el retorno de la volatilidad en verano se debió sobre todo al tema Griego y posteriormente a la ralentización de la economía china. Pero no hay que olvidar que hay otros factores de incertidumbre que están añadiendo turbulencias a los mercados, como el tema de la subida de tipos por parte de la FED, la ralentización de los países emergentes, caída de las materias primas, escándalos como el de Volkswagen, etc…
En mi opinión, estos factores de incertidumbre continuarán desarrollándose en un entorno muy agitado, caracterizado por situaciones de euforia, seguidas por situaciones de estrés muy marcadas. China lanzó una seria advertencia al resto del mundo, y recordó que a día de hoy lo que está sucediendo en la segunda economía mundial tiene un impacto directo en las economías de un mundo altamente interdependiente.
Estos elementos reducen enormemente la visibilidad para los inversores. Entran en los mercados en una secuencia bipolar, donde la tendencia se invierte cada 2 o 3 días. Los mercados viven sobrereacciones alcistas/bajistas, y las actuaciones de los operadores (casi en manada) pueden incluso causar mini-accidentes.
Sin embargo, lo que estamos viviendo no es irracional. Estamos pasando por una profunda transformación de los modelos económicos de los países desarrollados y emergentes. Los países emergentes deben integrar más seguridad y protección en sus modelos para poder pasar de un sistema muy centrado en la inversión a un modelo más equilibrado entre el consumo y la inversión.
Por el contrario, confrontados con un envejecimiento de la población y a sistemas de cobertura cada vez menos financiados, los países desarrollados deben ablandar su entorno regulatorio para estimular el crecimiento y el empleo con el fin de sostener sus existencias.
Estas profundas mutaciones disminuyen la visibilidad del crecimiento mundial con efectos colaterales significativos sobre la volatilidad de los mercados de renta variable. Más positivamente, también es una fuente de oportunidades. Cuando hacen los ajustes necesarios, los resultados son eficaces, a veces espectaculares como en Alemania, por ejemplo, donde la tasa de desempleo bajó hasta el 4,7%.
Por último, la reacción de los bancos centrales se deberá seguir de cerca, su credibilidad está en juego.