La evolución de los tipos de interés es algo fundamental para poder diversificar bien nuestro patrimonio, pero es más importante todavía en lo referente al endeudamiento a largo plazo, ya sea en los préstamos estructurales de empresa o en los préstamos hipotecarios a particulares.
Recientemente el BCE ha reducido el programa de compras de deuda de gobiernos de 60.000 millones a 30.000. Aunque es cierto que esa situación ha iniciado lo que se conoce en el sector como tappering, lo cierto es que eso no implica una subida de tipos, nada más lejos de la realidad.
El hecho de que el límite de compras fueran 60.000 millones, no significa que todos los meses se comprara esa cantidad. De hecho tampoco se presupone que todos los meses se vayan a comprar toda la cantidad del nuevo límite, a pesar de ser menor. Además hay que tener en cuenta que no se ha tocado el programa de compras de deuda corporativa, que sigue intacto.
Y lo más importante, no solo han dejado el tipo marginal al cero y la facilidad de depósito al -0,40, sino que han garantizado que dichos tipos se mantendrán mientras el programa de compras continúe, con lo que no se esperan variaciones en la parte más importante de la política de tipos de interés bajos a corto plazo. Eso supone que a los bancos les va a seguir costando dinero depositar las reservas de sus clientes en el BCE, con las consecuencias que eso tiene para sus políticas comerciales.
Ya hemos comentado muchas veces lo importante que es eso para el ahorro, y la importancia de una buena diversificación y planificación patrimonial, pero lo es aún más para nuestros prestamos más importantes.
Un ejemplo es la famosa duda que tienen aquellos que se van a hipotecar, si a tipo fijo o variable. Acertar en este caso es difícil, dado que hay que tener en cuenta muchos factores que son inherentes al solicitante (importe, capacidad de generación de ingresos, situación familiar, etc), pero si que se pueden dar unas nociones de que puede interesar en cada momento.
Si el importe a solicitar no es excesivamente elevado y las previsiones son la amortización anticipada del préstamo mucho antes de su fecha de vencimiento, nos deberíamos decantar por un tipo variable. A corto plazo los tipos de interés no se prevé que suban a gran velocidad, lo que nos permite gozar de un tipo más bajo en un primer momento, cuando más capital debemos. Posteriormente, conforme baje el importe solicitado si suben los tipos podremos utilizar nuestros excedentes a amortizar el crédito, con la posibilidad de reducir la cuota, con lo que no subirá excesivamente.
No obstante, si la cantidad es elevada y nuestra previsión es otra, si que podemos plantearnos la hipoteca fija, no obstante deberemos tener en cuenta que durante un tiempo estamos pagando un sobreprecio a cambio de la estabilidad futura. También es importante revisar las comisiones por compensación de riesgo de tipos de interés, ya que si los tipos bajos se prolongan en el tiempo nos interesara reducir la deuda lo antes posible desde un punto de vista exclusivamente financiero. En el caso de las empresas entran otro tipo de factores, que dan para otro análisis diferente, no obstante deberíamos tener en cuenta las mismas premisas en lo que se refiere al plazo y a los tipos de interés. En este caso interesa cerrar determinadas operaciones de financiación activos a un menor precio que nos permitan un importante ahorro en costes
Como veréis, estar informado sobre la evolución de tipos de interés es fundamental para tomar decisiones que van a marcar nuestra situación económica durante mucho tiempo. Es por ello que es conveniente siempre valorar todas las opciones y asesorarse lo mejor posible.