Vivimos un momento contradictorio. El rápido desarrollo tecnológico, especialmente en las comunicaciones, ha permitido acortar distancias entre personas, empresas y países e impulsar la interrelación y la interdependencia social, cultural y económica.
En el ámbito de la gestión empresarial, se asienta la idea de que desarrollar una cultura de colaboración es la mejor estrategia para conseguir los objetivos.
¿Qué está pasando en Europa? La Unión Europea tiene sentido si creemos que el pertenecer a una comunidad mas amplia y trabajar conjuntamente persiguiendo objetivos comunes podemos obtener mejores resultados que haciéndolo por separado.
Para que exista un verdadero trabajo en equipo hay tres factores fundamentales: un objetivo común, responsabilidad de cada uno de los miembros y confianza en los demás y en el proyecto. Y compartir valores. Poner el valor de cada uno al servicio de los demás y desde ahí crecer juntos.
La crisis económica ya puso a prueba la confianza de los europeos entre si, dando lugar a fricciones, conflictos y desacuerdos en los que cada uno de los países resucitó estereotipos despectivos: Los alemanes ya no eran un pueblo digno de admiración del que podíamos aprender disciplina y capacidad de trabajo, sino los mismos mandones controladores y prepotentes de siempre. Los españoles ya no éramos dignos de admiración por nuestra capacidad para relacionarnos y nuestro optimismo sino los mismos vagos corruptos de siempre. Afortunadamente conseguimos demostrar que tras estos años juntos algo hemos aprendido los unos de los otros y llegar a un entendimiento.
Cuando parecía que volvíamos a una senda de calma, el problema de la inmigración vuelve a poner a prueba la solidez del equipo y la viabilidad del proyecto. Y aquí el consenso parece mucho más difícil. La necesidad de proteger lo mío deshumaniza mi visón del otro: lo convierto en un problema, en el enemigo. Aparecen el miedo y la desconfianza, ranuras por las que se cuelan líderes oportunistas para conseguir votos, resquebrajando el proyecto europeo. Mejor solo que mal acompañado versus la unión hace la fuerza. Un cambio de creencias que nos puede llevar a una vez más a la división, el enfrentamiento y el aislamiento, y cabría analizar a quién beneficia esta estrategia de división.
Los líderes políticos europeístas deben hacer una buena reflexión y pasar a la acción si queremos que la unión europea siga siendo un proyecto creíble.