Author Archives: Rafael Guerrero

About Rafael Guerrero

Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, Certificado EFA(European Financial Advisor) asociado N*13.887 con fecha 2015. Con más de 10 años de experiencia profesional en diferentes áreas y empresas financieras, como Caja Rural, Collado Laborda & asociados , los últimos cuatro años su labor ha sido la de gestor de banca personal.

La tasa de variación

Al hilo de un caso personal con el que me he topado hace unos días, quiero dedicar unas líneas a un concepto que es menos evidente de lo que debiera y que todos tendríamos que tener en cuenta a la hora de intentar tomar decisiones racionales en nuestra inversión en los momentos en los que la razón es lo que menos cuenta, que es cuando toca asumir pérdidas.

Recibí en mi despacho a una persona que aún no era cliente. Tras mostrarme su planificación personal, observo que presenta unas minusvalías extraordinarias en un determinado valor de una entidad financiera nacional. Haciéndole ver el mal asesoramiento recibido, la nula diversificación de su cartera y el nivel de riesgo que ha tenido que asumir muy por encima de su perfil, nos encontramos en la necesidad de tomar decisiones algo drásticas para poder enderezar el rumbo de su planificación:

Esta experiencia me hace reflexionar que, en determinadas circunstancias, elegir la opción de una cierta pérdida de capital es la mejor de las salidas, tal y como se demuestra mediante la denominada tasa de variación. Entender este concepto e interpretarlo adecuadamente, nos ayudará a tomar decisiones con más agilidad y acierto.

La tasa de variación nos permite comprender que recuperar una bajada de precio no es una tarea fácil puesto que no es lineal con respecto a la caída producida. En muchas ocasiones, tomamos decisiones desacertadas con la esperanza de que el valor recupere, al menos, su nivel de compra. Es innegable, que hay que tener en cuenta el plazo temporal y el tipo de activo, pero no cabe duda de que si un activo pierde valor, para recuperar su valor inicial tiene que subir en un porcentaje mayor superior al porcentaje de caída con respecto a dicho valor inicial; es decir, que si un activo desciende de 100 a 50, bajaría un 50% y para volver a recuperar su valor de 100, tendría que remontar no el mismo 50% que cayó, sino el 100%. Podemos verlo en la tabla de abajo:

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De la tabla anterior se deduce que la caída de valor empieza a ser más importante a partir de una pérdida del 20%, con lo que, teniendo en cuenta el tipo de activo y plazo temporal así como las circunstancias que han producido la caída del precio, éste podría considerase como el umbral máximo de permanencia en un valor; a partir de dicho umbral, habría que considerar muy seriamente la opción de vender y asumir la pérdida.

La fórmula de la tasa de variación es muy sencilla:

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De todo lo anterior, se pueden obtener las siguientes conclusiones enfocadas, fundamentalmente, a la compra de acciones, puesto que son uno de los activos más agresivos en cuanto a las caídas que pueden presentar por cualquier coyuntura que les afecte y cuyo plazo de recuperación puede ser incierto o inviable:

  • Previamente a la compra de acciones, se han de evaluar una serie de circunstancias: cuándo se va a necesitar ese dinero, potencial negocio y seguimiento de esa empresa, etc. Adicionalmente, si es posible, es fundamental ponerse en manos de un asesor financiero independiente que carezca de conflicto de intereses.
  • Cuando se compran acciones, hemos de preguntarnos: ¿cuánto estoy dispuesto a perder?, en lugar de: ¿cuánto voy a ganar?
  • Una vez que se alcance un determinado umbral de pérdidas, es preferible asumirlas que seguir esperando una “posible” recuperación.

En definitiva, como dijo Ed Seykota “si no es capaz de aceptar una pequeña pérdida, antes o después se enfrentará a la madre de todas las pérdidas”

Un mundo mejor

En estos días reflexionaba acerca de cómo ha evolucionado el mundo desde mi infancia. Nací a finales de la década de los 70 y durante mi niñez recuerdo el teléfono fijo en casa, las llamadas desde cabinas cuando estaba en la calle y las relaciones sociales se establecían en el colegio y en el patio de vecinos. No había internet, Smartphones, navegadores, correo electrónico ni nada que se pareciese y, sin embargo, hoy en día, su uso es inexcusable e incluso casi imprescindible.

Estos avances tecnológicos, lógicamente, también han afectado al ámbito financiero, y sobre este tema, precisamente, quería escribir hoy.

Anteriormente he hecho referencia a la cabina telefónica, tan habitual y precisa en épocas pasadas. Creo que resulta inevitable hacer una analogía de la misma con la oficina bancaria, puesto que ambas fueron indispensables en el pasado, pero que, en la actualidad, están perdiendo su utilidad y acabarán desapareciendo definitivamente. Desde el punto de vista de una entidad en la que el 80% de su coste lo componen las sucursales y los empleados, ¿qué sentido tiene mantener sus oficinas cuando uno mismo puede hacer las operaciones bancarias a través de un Smartphone?

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Además de los cambios tecnológicos, hay que tener en cuenta las nuevas necesidades y demandas de los clientes: en la actualidad, se encuentran más informados y son más exigentes por lo que reclaman una mayor calidad de servicio y más asesoramiento. Asimismo, hay que añadir que los cambios regulatorios obligan a las entidades y agentes a ser más transparentes y rigurosos.

Ante este panorama, los profesionales que nos dedicamos a la gestión patrimonial, tenemos dos opciones: confiar en lo que hemos venido haciendo hasta ahora y ser engullidos por el mercado, o bien, adaptarnos a las circunstancias cambiantes y hacernos cada vez más eficaces, más eficientes, y, por tanto, mejores.

Dicho esto, me gustaría incidir sobre un asunto que, desde hace tiempo, se plantea como un problema o una guerra, mientras que, desde mi punto de vista, es algo complementario y una buena oportunidad. Me refiero a la aparición de los robo advisor versus asesor financiero o gestor patrimonial.

Este nuevo instrumento puede resultar interesante para clientes con escaso patrimonio (por debajo de 30.000-40.000€) que pretenden pagar pocas comisiones, pueden operar desde su móvil y desconfía de la banca tradicional por las malas praxis llevadas a cabo en el pasado.

Sin embargo, un cliente de patrimonio alto, compuesto tanto por capital financiero como por inmuebles, artículos de arte, etc., es mucho más exigente y no basta con “construirle” una cartera de fondos; su patrimonio requiere un tratamiento integral llevado a cabo por asesores muy cualificados, e incluso por un equipo de especialistas independientes (fiscal, jurídico, seguros, financiero, etc…) que le acompañen y le orienten. Tal cliente no exigirá únicamente productos, sino que nos valorará por nuestro SERVICIO.

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Las conclusiones que extraigo de estas reflexiones son las siguientes:

  1. Es fundamental renovarse constantemente, teniendo estructuras de negocio adaptables y ligeras.
  2. El fenómeno tecnológico ha llegado para quedarse.
  3. Los robo advisor, lejos de ser una competencia, son un complemento que da servicio y mejora la vida de un perfil concreto de cliente que, de otra manera, tendría muy difícil invertir.
  4. Un cliente de elevado patrimonio exigirá más y valorará el servicio siempre por encima del producto, y eso, al menos por ahora, es imposible que la tecnología lo supla.

Veremos…

LA RENTABILIDAD GENERAL DE LOS ACTIVOS. MANTRAS DE LA INVERSIÓN EN LOS ÚLTIMOS 200 AÑOS

En el periodo actual, en el que estamos viviendo una incertidumbre importante debido a diferentes cuestiones que afectan al mercado, es importante entender que el inversor es un ser humano y, por tanto, gregario e irracional.

El ámbito de la inversión está salpicado con “mantras financieros” de los que todo inversor ha tenido conocimiento en algún momento y, que incluso, ha promulgado en cierta ocasión. No obstante, en todos los casos, el mercado se ha encargado de recordarnos que no existen verdades absolutas y que no hay nada exento de riesgo, si bien, el riesgo es algo que podemos optimizar con un plan prefijado y con una buena diversificación, empleando los activos con horizontes temporales coherentes.

Quién no ha recibido alguna vez consejos tales como: “compra inmuebles porque los inmuebles nunca pierden valor”; “invierte en oro, porque el oro siempre se revaloriza”. Esto último, lo escuché en un programa de radio en directo, en el que el locutor lo repitió varias veces en horario prime time.

Matthew Wiebe @ Creative Commons

Otros, se han atrevido a afirmar que “los países no pueden quebrar”, o bien, que “los bancos no pueden quebrar”, circunstancias que, sabemos, son plenamente viables.

A estos mantras optimistas, hay que sumar algunos pesimistas, como: “la Bolsa es lo más parecido a un casino”, “no creo en renta variable, en Bolsa siempre se pierde; yo, en mi negocio de hierro saco mucha más rentabilidad”, sin pensar, en esta última aseveración, que tal negocio también es renta variable, aunque está concentrando muchísimo más el riesgo.

Para tener una visión más objetiva, ofreceré al lector una gráfica con activos en los que invertir durante los últimos 200 años y, podrá observar, que la opción más rentable a medio y a largo plazo son SIEMPRE las empresas, es decir, la temida renta variable, esto es, la Bolsa.

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Asimismo, del gráfico anterior podemos concluir que la peor decisión y, por tanto, la menos rentable, ha sido no hacer nada (que también es una decisión) ya que, la inflación ha ido creciendo cada año y destruyendo silenciosamente el poder adquisitivo de nuestro dinero.

 

Confiar te hace disfrutar más

Estos inciertos días, mientras analizaba la situación actual del mercado, me venía a la cabeza de forma insistente un spot publicitario, creo que era de un coche, en el que se veía a una niña pequeña, de unos 4 o 5 años volando en una avioneta, que hacía unas piruetas que helarían la sangre de cualquiera. Sin embargo ella, a la que una cámara le hacía en todo momento un primer plano de su cara, se la veía  perfectamente tranquila, y no sólo eso, sino que se reía de forma sincera disfrutando de la experiencia, porque confiaba ciegamente en el piloto, (al final, aparecía la frase” confiar te hace disfrutar más”).

Foto avioneta

Como asesor financiero con clientes que confían en mi saber hacer  y en mi labor como “piloto” financiero, tengo la misión de ofrecer certidumbres al cliente y un plan y un rumbo claro, independientemente de las piruetas que hagamos en el camino, y que además, las piruetas las disfrutemos.

Analicemos las certezas con las que contamos antes de empezar este viaje,y veremos que el 90% del trabajo se compone de certidumbre.

Lo primero, es que el cliente entienda que el mayor riesgo al que se enfrenta su patrimonio no es la volatilidad a corto plazo sino la inflación, que hace que cada año, de forma sostenida, su dinero pierda valor y por tanto poder de compra.

En los últimos 20 años un ahorrador en cuenta corriente habría perdido mas de un 60%. Habrá alguien que me diga que este año el ipc ha sido negativo, por nuestra memoria selectiva y nuestra tendencia a mirar solo el muy corto plazo, pero estaría negando una evidencia.

Otra certeza es tener perfectamente definidos los horizontes temporales de nuestra inversión y los activos que usaremos, con coherencia con los objetivos personales, de tal manera que destinemos la cantidad necesaria de dinero al corto ,al medio y al largo plazo. Y siguiendo con la analogía del viaje, no tendría sentido coger un avión para ir a por el pan como tampoco tendría sentido ir en bicicleta a Alemania.

Foto hombre sentado en playa

Sabemos , porque son datos objetivos, que la rentabilidad  esta en las empresas pero , lógicamente, es donde existe más volatilidad; usémosla, con una estrategia de diversificación  y  horizonte de inversión lo suficientemente largo,como para poder disfrutar de las piruetas en forma de bajadas y subidas , producidas por ruido de mercado,y que hoy son las dudas sobre China o el precio del Petróleo, y  mañana será cualquier otra circunstancia.

Todo es cíclico, y si el pasado nos sirve de algo, es para no cometer los mismos errores. Toma rabiosa actualidad el fondo Magallanes y su gestor Peter Lynch, que a pesar de ser el fondo mas rentable de la historia entre 1977 y 1990 con un 30% de rentabilidad media anual, se quejaba amargamente porque la mayoría de sus inversores perdió dinero en ese periodo, y no tengo dudas que fue, no porque tuvieran un mal fondo o un mal gestor, quedó patente, sino porque no tenían asesores financieros que explicaran a los clientes horizonte temporal, objetivos y estrategia , y sobre todo, no tenían la confianza de los clientes en el rumbo escogido que les hubiera hecho , sin duda,disfrutar.

Nadando entre dos mundos

Este es un blog de finanzas y además debo ceñirme a 500 palabras, pero por un día, por lo excepcional de lo que voy a contar, agradecería un poco de flexibilidad. Os voy a relatar, mi experiencia del cruce del estrecho de Gibraltar a nado, para financiar una escuela en la India de la mano de la fundación Vicente Ferrer, estas líneas las escribí al día siguiente de mi aventura para que no se me olvidara ningún detalle:

Fuente Propia

Fuente Propia

«Hoy me he despertado, pronto, como siempre, a mi hora, pero hoy no es un día más, aun con la lengua abotargada por la sal, roces en el cuello del neopreno y los hombros como los de robocop, ayer cerramos un circulo que se abrió hace un año.

Fueron muchos meses de sacrificios, ya que, no somos deportistas profesionales, tanto nuestro a nivel personal, quitando tiempo de ocio, familia, etc como de nuestras parejas y allegados que se involucraron desde el primer minuto, dándonos apoyo y comprensión durante todo este tiempo, en mi caso, mi pareja, Mar, por culpa del trabajo, no pudo estar pero lo merecía , y ya que no pudo estar presente, al menos sí en esta crónica.

Fueron muchos los entrenamientos, las travesías, las horas de gimnasio, al mismo tiempo, vendíamos camisetas, sudaderas, llaveros, hacíamos eventos. Después de trabajar cuando la mayoría de personas se van a cenar, nosotros nos íbamos a hacer 5000 metros nadando, pero la motivación siempre fue máxima y nació un vínculo entre nosotros…y por fin, llego el día .

Ya las dos últimas semanas fueron un poco extrañas, no entrenamos juntos, y yo personalmente, que estoy 100% involucrado en el desarrollo del proyecto de Conecta Capital, no pude entrenar lo bien que hubiese querido, pero confiaba en el trabajo hecho y en mi voluntad, y sobre todo, en el apoyo de cantidad de gente que nos quiere.

El despertador sonó a las 6:00 de la mañana, y a las siete, emprendimos el camino hacia tarifa. En el viaje tuvimos ya una incidencia, pues el fotógrafo, Antonio, que para más señas es mi cuñado, enfermó y desgraciadamente, no tuvo más remedio que quedarse en tierra, y quería hacerle su particular homenaje.

Estaba ansioso, de repente, lo que llevábamos tanto tiempo preparando iba a pasar, quería disfrutar de cada momento, de cada sensación, quería saborearlo!

Nos juntamos en el puerto, donde conocimos a Pepe, el patrón .

Teníamos dudas, ¿cuándo salimos? ¿cuándo nos ponemos el neopreno? Nos hicimos algunas fotos para inmortalizar el momento con nuestros dos grandes compañeros de viaje! La fundación y mi empresa Conecta Capital! Qué se involucró al 100% con el  proyecto.

Yo particularmente, tenía dudas que no quería transmitir a mis compañeros, tenía leves molestias en el hombro izquierdo y no había entrenado bien, pero estábamos allí y lo íbamos a disfrutar.

Conforme salimos del puerto, el cruce se iba a haciendo real e intentaba concentrarme para pasar entre 4 y 6 horas de sufrimiento en el agua, mientras la brisa me daba en la cara y tomaba conciencia de donde estaba y lo que iba a hacer, he de decir, que algo de miedo también te produce el pensar que debajo tuyo, como se había encargado de recordarme algún «amigo», había mas de mil metros de profundidad y animales bastantes más grandes que yo podían confundirme con su almuerzo.

Una vez que me tire al agua, ese miedo desapareció y de repente, todo se volvió azul, un azul claro, de una intensidad indescriptible, que te hacia sentir pequeño y privilegiado a la vez, pero que sobrecogía por su belleza, ya me daban igual los bichos, yo también tenía derecho a disfrutar de ese paraíso.

Fuente Propia

Fuente Propia

Rafa Carmona, de la fundación, iba en la zodiac, con Felipe y el «víbora » Vicente y en el barco iban José, Pedro y los dos patrones marcándonos el rumbo. El plan era claro, ir a tope hasta llegar a la línea de corriente, pues durante varios km la tendríamos en contra.

El agua estaba como un plato y mirando a un lado y otro podía ver nítidamente a mis compañeros, que parecían flotar en un entorno de ingravidez, pero yo ya note que ese día no iba súper, no iba cómodo en paralelo, así que me puse a pies de Pedro para ir un poco mas libre.

La primera parada llego a los 40 minutos, siempre era el mismo procedimiento, la zodiac se nos cruzaba delante y nos daban gel y gatorade (maldito gel!) o agua  y plátano.

Íbamos bien, pero se contradecía con lo que habíamos recorrido, las sensaciones eran de ir bastante rápido y después de 40 minutos habíamos recorrido solo 2km!!!! Como después comentamos en el barco, esa información no ayudó…

Continuamos durante dos horas así, y empezaba a notar mas molestias en el hombro y sobre todo nauseas que degeneraron en vomito, debido al gel mezclado con el agua salada.

Ese fue un punto de inflexión y en mi opinión, lo que mas valor me aporta de esta experiencia a nivel deportivo. Empece a quedarme del grupo y venían a mi mente solo pensamientos negativos, me preguntaban desde la barca y les decía que iba bien pero no me quedo mas remedio que ser sincero, que no me iba el hombro y sobre todo, que el estomago lo llevaba mal, tocaba sufrir

Uno de mis compañeros, Luisjo, se quedo conmigo, cosa que sería definitiva para poder culminar el cruce, pues mi moral bajaba cada vez más viendo como mis compañeros, con los que había entrenado todo el año, se marchaban y yo cada vez me sentía peor, sin poder mantener el ritmo haciendo un esfuerzo sobre humano.

En ese momento, llego el avituallamiento, y me dijeron que teníamos que avanzar, pues el éxito del cruce estaba en peligro, teníamos pocas horas de luz. Fue otro punto de inflexión, como iba yo a defraudar a tanta gente, y más importante, como iba yo a defraudar a mis «hermanos del estrecho». Decidí cambiar de estrategia, ya que, los resultados hasta el momento no habían sido los deseados, me tome dos gelocatiles líquidos para controlar el dolor del hombro y cambie el gel y el gatorade por plátano y agua, y empece a sentirme mejor!!!! Tocaba dar la cara.

Llevábamos 3:30 h en el agua y 1:30 de sufrimiento extremo y había que apretar!!! Pero me sentía mejor y tenía a Luisjo y  a Rafa  a mi lado, que se tiro sin neopreno a tirar de mi!!! Que grandes sois, hay deudas que no se pueden pagar con dinero.

Empezamos a tirar y sentía todo el apoyo de la gente y me agarraba a la idea de no defraudar a esos dos titanes que tiraban de mi.

Empezábamos a nadar a ritmo normal y a recortar distancia!!!!! Vamos vamos, me repetía una y otra vez en mi cabeza, ya está ahí Marruecos!!!!

La línea de corriente la superamos y también fue importante, teniendo en cuenta que en las tres primeras horas hicimos 7 km y que en dos horas y quince minutos hicimos 11,5 km!

Íbamos a ritmo, y vimos un banco de atunes, no pude evitar gritar a mis compañeros para que los vieran y de paso tomar algo de aliento, ya se veían los edificios marroquíes, alguna barca de pesca y el barco que guiaba a Pedro y Natasha cada vez mas cerca. En el último avituallamiento, nos agrupamos y lejos de relajarnos, empezamos a tirar para tocar tierra, llegamos y fue un momento de encuentro, de paz, de felicidad, lo habíamos logrado!

Ahí termino la parte deportiva, y una vez, quitado el neopreno, duchado y sentados en el confortable velero, tomando una cerveza fría y con un atardecer que solo se puede ver allí, conversando sobre la experiencia con mis compañeros, una sensación de vacío se apoderó de mi. Esa melancolía fue solo interrumpida por un grupo de delfines, que casi a modo de espectáculo de entretenimiento, se dedicaron durante un rato, a hacer cabriolas y saltos, al lado del barco, como si el estrecho quisiera con esa actuación compensar todo el sufrimiento que nos había hecho pasar.

Fuente Propia

Fuente Propia

Pero la sorpresa, lo genial, lo que de verdad importa y que aun me mantiene en una nube es la cantidad de gente que nos seguía. Conecta Capital había puesto en marcha una campaña de donación durante el cruce, tenía 1500 mensajes de whatsapp, por facebook, por Twitter, por teléfono, increíble, cantidad de gente del equipo, de nuestro equipo, de mi equipo, el club natación Sevilla Master, vino a estar con nosotros en el bar donde quedamos después de entrenar, a darnos su apoyo y su cariño, de verdad, que hoy pensando en lo que paso ayer, en como sufrí, pienso que pude superar mi crisis,  por toda esa energía que toda esa buena gente me transmitió .

Es momento hoy en frío de hacer balance, de analizar lo que ayer ganamos, lo que ayer hicimos, y sobre todo pensar en lo que haremos. Hemos conseguido casi todo el dinero para la escuela, y gracias al esfuerzo de cuatro entusiastas y de toda su gente, vamos a darle la posibilidad a gente sin recursos económicos que por sus propios medios, mediante la formación puedan salir adelante, por ahora, hemos unido Europa y África. Ya estamos pensando en el siguiente reto…

¿Qué es el riesgo?

Estos días, mientras preparaba una clase para un Master financiero en el que imparto la asignatura de Gestión de Riesgos, reflexionaba sobre lo diferente que es explicar este tema en una clase universitaria a desarrollarla con un cliente. En una clase docente, se les enseña a los alumnos  de forma sistemática y aséptica los diferentes riesgos de la inversión y las diferentes estrategias para controlarlo y reducirlo. Sin embargo, transmitir a un cliente esta cuestión (que tiene su dinero invertido) es totalmente diferente: el enfoque es mucho más responsable y comprometido.

WebDonut © Creative Commons

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Si le preguntas a un cliente qué entiende él por riesgo, es muy probable que responda que el riesgo consiste en que su inversión registre minusvalías y sufra fluctuaciones, por lo que suele identificar el riesgo con la volatilidad, lo que hace que su análisis sea, por lo general, incompleto, y le lleve a tomar decisiones financieras equivocadas.

Pero, ¿qué riesgos hay? Enumeremos algunos: riesgo de mercado, riesgo de liquidez, riesgo de crédito, añadiría el riesgo de ser asesorado por un vendedor de banca comercial con objetivos, etc.; pero el principal, y que nos obliga a tener que invertir el dinero y, por tanto, a que exista la figura del asesor financiero independiente, es el riesgo de inflación.

En épocas de inflación, nuestro dinero pierde valor por lo que nuestro poder adquisitivo es menor cada año, siendo dicha disminución en forma de interés compuesto. Este hecho nos hace añorar la peseta; recordemos que, no hace mucho, con 5.000 pesetas podíamos hacer muchas más cosas que actualmente con 30 euros ¿o no?

Reflexionemos sobre esta fórmula:

R>IPC+IMP.

Significa que solo obtenemos rentabilidad una vez, superamos inflación e impuestos al ahorro. Esto es más o menos claro, pero si observamos la inflación de los últimos 20 años en España, podremos comprobar que la media ha sido del entorno del 3%. Esto quiere decir que una persona muy conservadora que haya tenido su dinero en cuenta corriente durante los últimos 20 años, habrá perdido, sin saberlo, ¡más del 60% de su poder adquisitivo! Considero que perder un 60 % de tu dinero, es un gran riesgo.

El único activo que ha batido a la inflación a largo plazo de forma consistente es la renta variable, es decir, las empresas. Y, lógicamente, también sufren vaivenes en el corto plazo en forma de volatilidad. No obstante, si sabes lo que haces, por qué y para qué compras, los momentos de crisis o los recortes de mercado no importan excepto para aprovecharlos.

La conclusión a la que llego, no es que haya que invertir todo en renta variable, por supuesto, pero sí que es importantísimo tener diferentes objetivos con nuestro dinero, en diferentes horizontes temporales, usando el mejor activo y la mejor estrategia para cada uno. Llevar esto a cabo solo es posible mediante dos vías: teniendo una formación financiera importante, o en su defecto, delegando la gestión de nuestro patrimonio en un asesor financiero independiente que nos ayude a planificar y a tomar determinaciones racionales en momentos en que las emociones nos pueden llevar a tomar decisiones poco acertadas.

Iván S. Pasarín © Creative Commons

Iván S. Pasarín © Creative Commons

Para terminar, me gustaría compartir con el lector un dato anecdótico: hace poco el psicólogo Daniel Kanehman recibió el premio Nobel de economía por el siguiente descubrimiento: cuando vemos una minusvalía en nuestra inversión se ponen en marcha los mismos mecanismos en la naturaleza que cuando estamos en peligro de muerte. Así que, recuerda, el mayor enemigo y riesgo en la gestión de tu ahorro, eres tú.