Author Archives: Jose Luis Egea

About Jose Luis Egea

Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla. Ha realizado un curso sobre Fiscalidad y aspectos jurídicos para empresas y particulares por la Universidad de Sevilla. Con más de 11 años de experiencia profesional en el Sector Financiero en diferentes áreas como Asesor de Inversiones y gestor de Banca Comercial en Entidades como Caja Rural del Sur y como gestor de banca Personal en Grupo Mediolanum. Experto en el Área de Seguro de Vida y Protección Personal por R.G.A. Socio Fundador de Akai Capital

¿Gestión activa o gestión pasiva?

Una vez que el inversor ha definido su perfil de riesgo, el siguiente paso consistirá en definir qué táctica tomar para obtener rentabilidad de la inversión. Para ello, existen varios tipos de estrategias, lo que hará que determine el tipo de gestión a seguir.

Tales estrategias se pueden dividir en dos grandes bloques: la gestión activa y la gestión pasiva. Entre los partidarios de adoptar un tipo de gestión u otra se genera un gran debate de importante relevancia en el ámbito de los fondos de inversión.marketing

 

La gestión pasiva de un Fondo de Inversión se limita a replicar el comportamiento de un determinado índice bursátil o benchmark, como por ejemplo S&P o el IBEX 35. Los resultados de este tipo de gestión deberán ser iguales a los que obtenga el índice de referencia. Estos índices se elaboran a través de una serie de criterios como capitalización, facturación, etc.

Una de las grandes ventajas de los fondos de gestión pasiva es que los costes son más reducidos. Procuran que los inversores tengan una gran diversificación a bajo coste, por lo que al mantener las acciones según el índice de referencia, se reducen los gastos de transacción. Los gastos de gestión también son menores porque no necesitan un departamento de análisis o un equipo de gestores (a diferencia de lo que ocurre con los fondos de gestión activa, que requieren de un equipo de gestión y eso conlleva a que las comisiones sean más altas).

Pero el que exista un equipo de profesionales supone una gran ventaja para el inversor, puesto que se encargan de vigilar y cuidar su inversión. Así, si la táctica escogida no funciona según lo planificado, el equipo de gestión cambiará de estrategia de modo que se alcancen los fines perseguidos.

Los Fondos de gestión activa permiten que uno o más gestores se encarguen de la gestión del fondo; con la labor que realizan consiguen mejorar los resultados de un benchmark de referencia, ya sea por selección de activos, alfa pura, sobreponderación o infraponderación de la inversión de la cartera frente a su índice, o bien, por el mayor o menor peso de los valores que componen el índice, es decir modulando la beta de la cartera.

Las dos técnicas más usadas en los fondos de gestión activa para batir a sus benchmark son el “top-down” o de arriba hacia abajo y el “bottom-up” o de abajo hacia arriba.

Los gestores top-down, trabajan con grandes magnitudes macroeconómicas, como tendencias demográficas, evolución del PIB, etc. En base al análisis de la situación actual de los mercados y de las posibles tendencias futuras, deciden la distribución de activos para el fondo.

Gestoras de Fondos

 

Por el contrario, a los gestores bottom-up no les importa tanto los factores macroeconómicos, sino que estudian la realidad concreta de las compañías que están bajo su seguimiento mediante la lectura de sus informes anuales, estados contables, etc. y, una vez que conocen con detalle los resultados de las compañías y las encasillan a la perspectiva que ofrecen los mercados, intentan adivinar qué comportamiento puede esperarse del precio de sus acciones.

Como conclusión, el debate entre la elección de un tipo u otro de gestión siempre va a estar reñida en el sector. Lo que sí está claro es que el inversor no tiene por qué invertir en un fondo de inversión de gestión pasiva o de gestión activa ya que ambas modalidades son perfectamente compatibles.

El peligro de las pensiones

En estas últimas semanas estamos viendo en diferentes medios continuas noticias donde peligran nuestras pensiones.

La decisión del Gobierno de sacar otros 8.700 millones de euros del Fondo de Reserva reabre el debate sobre las cuentas de la Seguridad Social y el pago de las pensiones, y es que el empleo precario, los bajos salarios, y bonificaciones a las empresas amenazan las huchas de las pensiones e impiden que el Fondo de Reserva se recupere. Estos son 3 de los factores que hacen que aunque el empleo se recupere no está haciendo que la Seguridad Social salga del pozo oscuro.

Broken Piggy Bank

El Fondo de Reserva se creó en el año 2000 para acometer los retos demográficos y con la intención de mantenerlo aparte y poder usarlo en caso de necesidad, principalmente para satisfacer las pensiones futuras. En las huchas de las pensiones el Estado utiliza ese dinero para invertirlo en determinados activos financieros (deuda pública de ciertos países), para que aumente su valor.

Y es que el Fondo de Reserva ha sido un éxito que ha permitido que se incrementasen dichas pensiones en los años difíciles. Por tanto ha cumplido su función y ha evitado que se hagan grandes recortes en las pensiones como en Grecia y otros países.

Según los expertos al ritmo de gastos que llevan las pensiones, el Fondo de Reserva sólo tiene dinero para hacer frente a otras 3 pagas extraordinarias.

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El ritmo de descenso tan rápido que tienen las huchas de las pensiones no es el único problema. Hay otro dato importante a tener en cuenta y es que el Sistema de Pensiones no sea sostenible en el medio y largo plazo debido a que las muertes ya empiezan a superar a los nacimientos. España es uno de los países donde la población envejece más rápidamente. Vivimos mucho más y en mejores condiciones lo que alarga nuestra esperanza de vida pero también tenemos menos hijos.

Y es que el Sistema de Pensiones Español es de reparto y no de capitalización. Esto significa que un trabajador no cotiza para asegurar su pensión sino que contribuye a las que se pagan hoy con la esperanza de que en el futuro otros continúen haciendo lo mismo, aumentado por la inflación.

La mejor solución planificar la jubilación para evitar sorpresas y así tener una vida digna durante esta fase de nuestra vida con la ayuda de un planificador financiero para que asesore.

La importancia de la educación financiera

No hace mucho leía en un importante periódico de tirada nacional, un artículo donde se hablaba de “No a la Educación Financiera en la escuela”.

Comentaba “que lo que necesitamos es que los estudiantes tengan una formación económica básica y no una mera educación financiera ya que ésta es sólo una parte de la economía y reducirla sería un sesgo sectario y perjudicial. Ya que la economía financiera ha tomado un gran auge en relación con la economía real”.

Yo no estoy de acuerdo con este artículo, porque sí se puede tener una formación económica básica pero también se puede tener una educación financiera que cada vez es más indispensable.3

Una buena educación en finanzas consiste en que los alumnos tengan los conocimientos, habilidades, comportamientos, valores y aptitudes que les permitan tomar en un futuro decisiones financieras en sus vidas, preparándolos para afrontar los retos básicos de índole financiera con los que se encontraran a lo largo de sus vidas. Por un lado, porque la capacidad de aprendizaje de los jóvenes es mayor y porque sus exposiciones a creencias erróneas y hábitos poco adecuados (algo muy común en la mayoría de adultos), son menores. Por otra parte, porque los jóvenes de hoy son los consumidores de productos financieros de mañana.

Los jóvenes deben conocer claramente lo que es el presupuesto familiar, el funcionamiento de los bancos y las tarjetas de crédito. Lo que es una hipoteca, los tipos de interés, el PIB, la prima de riesgo, la inflación, el IRPF, el consumo responsable y otra serie de conceptos financieros básicos necesarios para su futuro personal, profesional y/o laboral. Y esa educación financiera es vital que se incluya en los planes de estudios de los colegios, porque situaciones como la vente de Preferentes o Fórum Filatélicos quizás se podrían haber evitado si no existiera en España un analfabetismo financiero.1Enseñar a los niños que el dinero no sale de la billetera, que para poder ganarlo hay que trabajar y que una tarjeta de débito y crédito son dinero, no es suficiente. A un niño hay que enseñarle que ganar dinero trabajando supone un esfuerzo, que nadie te regala nada. Que la sanidad y la educación tampoco son ningún regalo, sino que se pagan con los impuestos de todos. Hay que hacerles diferenciar lo importante de lo superfluo, lo inmediato de lo futuro, la necesidad del ahorro, etc. Deben tener presente que la mayor parte de los gastos de un hogar son fijos y, sin embargo, los ingresos pueden no serlo o incluso que, en un momento dado, pueda faltarte dinero porque surja cualquier imprevisto. Por ello, han de aprender a ser previsores. Tienen que conocer el significado del dinero en todas sus acepciones así como todo lo que gira en torno a él. Como por ejemplo que ganes lo que ganes, tus gastos deben estar siempre por debajo de los ingresos.

Por tanto, la educación financiera desde pequeño es vital, dentro del entorno económico y social actual y que debe ser necesario seguir impulsándola para lograr aumentar los niveles de alfabetización financiera de un país. Mientras antes se inicie el proceso educativo en temas de finanzas más fácil será inculcar hábitos financieros en las personas.

Diversificar: Megatendencias

En el panorama actual de incertidumbres económicas que estamos viviendo, con semanas de vértigo en los mercados financieros provocados principalmente por la desaceleración de China y el cambio de modelo productivo que está llevando a cabo, la bajada del precio del petróleo, Grecia, la amenaza del comienzo de una nueva recesión global, el sector financiero que está en el ojo del huracán con Deutsche Bank en cabeza sobre las dudas de su capacidad de pago y donde los más pesimistas lo ven como el próximo Lehman y en menor medida la inestabilidad que genera la falta de Gobierno en España hace que al final en un objetivo a corto plazo entremos en un campo de minas buscando rentabilidades por lo que no debemos dejar de llevarnos por las emociones y el pánico. Tenemos que tener definidos el perfil de riesgo, objetivos y el horizonte temporal de la misma y saber que este ruido debemos aprovecharlo en nuestras inversiones como momentos de oportunidad.

incertidumbre

La primera medida de protección de nuestra cartera es la diversificación y dentro de esta, como asesores financieros, debemos poner el foco en un horizonte a largo plazo en sectores y tendencias que hoy tienen su importancia pero son aún poco evidentes pero que en el futuro será determinantes que serán las inversiones en Megatendencias, que se trata de invertir en empresas y sectores dirigidos a crear bienes y servicios que son necesarios hoy y que serán determinantes para la evolución de la sociedad en el futuro a nivel global como son: el agua, la seguridad cibernética, el turismo global, el lujo, aumento de la esperanza de vida, el aumento de la clase media en Asia y África o tecnología y robótica

Estas inversiones en megatendencias cada vez tienen más peso entre los ahorradores dentro de sus tradicional inversion en renta variable, por un lado porque puede resultar útil para diversificar carteras y por otro lado por la opción de rentabilidad que se puede conseguir en este tipo de sectores.

Hablaremos de algunas de ellas;

El agua o como algunos los llaman “el oro azul” y las Energías Limpias. Unos de los desafíos que se enfrenta la humanidad es luchar contra el cambio climático. El agua es una de las megatendencias de inversión para el siglo XXI porque se trata de un elemento vital, escaso y de gran importancia para el desarrollo socioeconómico. El 75% del planeta es agua, de los cuales el 96,5% es agua salada, el 2,5% es agua dulce, un 2% está en estado sólido en los glaciares y el 1% es destinado para la agricultura, consumo e industrias. Los expertos consideran que el agua se convertirá en la comodity más importante.

La Seguridad Física y Cibernética, es otra de las megatendencias como oportunidad de inversión. Las ciudades compiten entre sí para ser más inteligentes y eficientes(Smart cities) y para que estas ciudades sean un buen sitio para vivir y trabajar, debe priorizar la seguridad.

Vivimos en una sociedad donde todo o casi todo se hace a través de internet. Desde levantarnos y desayunar mirando la prensa por la red hasta pensar que es imposible que una empresa funcione sin una plataforma informática. ¿Pero estamos seguros al tener tanta exposición en las redes sociales?

Pixies © Creative Commons

El turismo global. Los países asiáticos se están convirtiendo en los emisores de los nuevos turistas y donde se piensa que China va a contribuir al crecimiento del turismo debido a una clase media con salarios más altos y más vacaciones remuneradas, el acceso rápido al visado y al abaratamiento de los vuelos. El potencial de esta tendencia es enorme ya que a modo de dato solo el 5% de la población china tiene pasaporte.

El aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento hará que se demande una mejor atención sanitaria y fabricación de medicamentos más eficaces. Se espera que haya un crecimiento más rápido de personas mayores de 60 años, por lo tanto al haber más personas mayores aumentara la necesidad de tratamientos eficaces para enfermedades crónicas y problemas relacionados con la edad. Por tanto el envejecimiento de la población es uno de los grandes desafíos para el mundo desarrollado.

En definitiva incluir megatendencias en las carteras no solo haces que diversifiques sino que también a un horizonte temporal a largo plazo son oportunidades que no tienen tanta exposición al ciclo económico.

Los Fondos de Inversión como alternativa para el ahorro

En la presentación del decálogo para el ahorro a largo plazo, los expertos consideran que en España se ha ahorrado poco, tarde y mal. El ahorrador español, por lo general, se ha caracterizado por ser cortoplacista, buscando siempre productos de ahorro que ofrezcan rentabilidades altas, en el menor tiempo posible y casi sin riesgo.

Chris Liu-Beers © Creative Commons

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Partiendo de la base de que el riesgo nulo no existe, el ahorrador se caracteriza por saltar de banco en banco buscando depósitos que le ofrezcan una rentabilidad más alta de la que tiene actualmente, pero la rentabilidad que ofrece la banca por los depósitos a plazo fijo está rozando casi el 0% debido a la bajada de los tipos de interés del BCE y a la sobrante liquidez que tiene el sector por los continuos rescates a la banca. Por tanto, el ahorrador tendrá complicado conseguir rentabilidades que superen la inflación con esta herramienta.

Reflexionemos sobre esta fórmula:

RENTABILIDAD REAL= RENTABILIDAD NOMINAL – INFLACIÓN

Significa que por ejemplo en el año 2010, la rentabilidad nominal (esa rentabilidad que nos daba nuestro banco por contratar un depósito a plazo fijo por un año) era de un 4% y teniendo en cuenta que la inflación era de un 3,5% resulta que la rentabilidad real que obteníamos por nuestros ahorros era de un 0,5% (aproximadamente, ya que la inflación no afecta solo a los intereses sino también al capital inicial).

En el año 2015, el interés nominal que puede ser de un 1% y la inflación que es actualmente de un -0,9% resulta que obtenemos una rentabilidad real del 1,9% (aproximadamente)

Por tanto, la Inflación afecta a cualquier inversión y la Rentabilidad Real es la que marca el aumento o la disminución de la riqueza del ahorrador. El ahorrador en el año 2010 consideraba que 1 año después sería un 4% más rico y esta percepción es, por tanto errónea. Vivir de las rentas en este tipo de herramientas durante un periodo largo de tiempo supondría la pérdida del poder adquisitivo en sus ahorros.

Anneliese Phillips © Creative Commons

Anneliese Phillips © Creative Commons

Hay que cambiar esta forma de pensar ya que se trata de una estrategia que ha hecho que el ahorrador no consiga una buena rentabilidad en sus ahorros por no tener planificado y diversificado su capital en función de los objetivos que persiga y en función del plazo en el que precise disponer del dinero, ya sea para la jubilación, los estudios de los hijos, la hipoteca, liquidez para soportar nuestro fondo de reserva, etc. Por ello, una opción a tener en cuenta es utilizar los fondos de inversión para ahorrar a corto-medio y largo plazo ya que se caracterizan por:

– Liquidez. El partícipe puede retirar el dinero en cualquier momento, teniendo nuestro dinero abonado en cuenta corriente en un plazo máximo de 72 horas.

– Mayor seguridad. Al tener participaciones de un fondo de inversión, éstas se encuentran diversificadas en un gran número de activos, esto es, no se tienen “todos los huevos en la misma cesta”. Además, y muy importante, los fondos de inversión están fuera del balance de los bancos.

– Gestión profesional. Al estar gestionado por un grupo de especialistas en los mercados financieros es “seguro” que obtendrá una mayor rentabilidad puesto que no es el banco quien decide qué se hace sino la propia gestora.

– Ofrece Transparencia. Cada 6 meses los auditores del fondo tienen que presentar qué es lo que se ha hecho con el dinero de los partícipes.

– Diversificación. En base a unos criterios de inversión, el fondo invierte en una zona o en un sector determinado, ya no hay que buscar empresas concretas.

– Fiscalidad. Los Fondos de Inversión tiene la ventaja del diferimiento fiscal: solo tributa cuando se produce el reembolso y no mientras el ahorro permanezca en el fondo, ni cuando se hace un traspaso a otro fondo, lo que se aprovecha de la capitalización compuesta que genera su dinero a lo largo del tiempo.

En definitiva, el ahorrador debe saber que la mejor manera de sacarle partido a su dinero, no son solo los depósitos bancarios o cuentas remuneradas “de toda la vida”, sino diseñar una planificación de su patrimonio acorde a sus necesidades, horizontes temporales y con una buena diversificación de su cartera a través de los fondos de inversión. Tal programación, la desarrolla junto con la profesionalidad del consultor financiero independiente.

La gestión en el ahorro

Desde que nacemos, recibimos una constante educación basada en aspectos cívicos y éticos, necesarios para desenvolvernos en la sociedad en la que vivimos. Asimismo, obtenemos formación académica con el fin de convertirnos en grandes profesionales y entrar a formar parte del mundo laboral, tan necesario para ganarnos el pan.

korneker © Creative Commons

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Si nos paramos a pensar, es cierto que una etapa de nuestra vida la dedicamos a formarnos para acceder al mercado laboral, sin embargo, una vez en él, nos damos cuenta de que no disponemos de una “educación financiera” que nos permita optimizar nuestras ganancias y sacarle el mayor rendimiento posible, intentando evitar el despilfarro o la mala gestión del salario que cada vez nos cuesta más sacrificio conseguir.

La formación financiera es una cuestión fundamental, puesta que va ligada a la buena gestión y administración del patrimonio que vamos creando a través del trabajo que desempeñamos con tanto esfuerzo y dedicación.

Por desgracia o fortuna, tal y como está concebido el sistema que nos ha tocado vivir, el dinero forma parte integral de nuestra existencia por lo que debemos aprender a defendernos en finanzas si no deseamos atravesar situaciones económicamente complicadas que puedan ser negativas para nuestro futuro y para nuestra estabilidad emocional.

Por ello, es importante dedicar el tiempo necesario a adquirir una formación financiera de la mano de profesionales que nos ayuden a sacarle el máximo rendimiento a nuestro capital. Debemos destinar una parte de los ingresos del trabajo al ahorro, se gane mucho o se gane poco, adaptándolo al nivel de retribución y destinar una parte al ahorro. Como decía Warren Buffet: “No ahorres lo que te queda después de gastar… gasta lo que te queda después de ahorrar “.

Es por esto que, bajo mi punto de vista, es crucial la figura del consultor financiero independiente a nuestro lado, ya mencionado en varias ocasiones en este blog. El consultor diseña una hoja de ruta o mapa financiero, asesorando y elaborando un traje a medida a través de la planificación financiera, marcando los objetivos personales y profesionales así como las necesidades familiares y/o personales, y siempre teniendo como premisa tres conceptos que resultan fundamentales: Seguridad, Liquidez y Rentabilidad.

jill 111 © Creative Commons

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Por lo general, las familias no están acostumbradas a diversificar (regla básica) sino a tener un ahorro desordenado, esto es, tienen una hucha que podemos denominar como Cuenta Corriente, Depósitos…y es en ella donde se encuentran sus ingresos pero también sus gastos (los imprevistos, los gastos de los hijos, seguros, recibos, lo que quedará el día de mañana para la pensión, el posible cambio de coche, la hipoteca…). Se trata, por tanto, de un ahorro indiferenciado, desorganizado, del que van saliendo gastos y donde quedará un ahorro u otro que permitirá hacer algunas cosas y otras no. Sin embargo, si contáramos con una óptima planificación financiera, podríamos “orientar” nuestro ahorro a las necesidades que nos puedan surgir (avería de coche) o a los objetivos que nos vamos marcando (futuros estudios de nuestros hijos, viaje soñado). De este modo, el ahorro se convierte en el principal factor de riqueza de las familias.

En situaciones de inestabilidad económica (crisis china, la desaceleración global, la recesión en Brasil, el problema griego, etc.) el ahorrador de a pie no sabe muy bien cómo reaccionar, puede caer en la tentación del pánico y  del miedo y tomar decisiones sobre el “qué hacer” con los ahorros ante esta situación de inquietud e incertidumbre. No obstante, tales circunstancias pueden esquivarse si se dispone conocimientos básicos financieros y un profesional de confianza para saber diversificar, marcar un objetivo a cada inversión y tener disciplina de manera que no nos sintamos influenciados por los altibajos del mercado.

En definitiva, la formación financiera es la asignatura pendiente en nuestra sociedad, pero nunca es tarde para la adquirirla de la mano de un buen consultor financiero independiente.