En el mundo del arte, se conoce el MERCADO PRIMARIO como aquel en el que una obra de arte aparece en el mercado artístico por primera vez, siendo en su mayoría obras recién producidas; Así entre el artista y el comprador final sólo hay un intermediario. Por otra parte, el MERCADO SECUNDARIO es la plataforma comercial para vender obras de arte más antiguas. Abarca todas las reventas y aquellas transacciones que implican más de un intermediario, como son las salas de subastas y las galerías.
De los dos, el que realmente tiene movimiento y sobre el que se ha establecido toda una red de empresas e intereses es el secundario, ya que es en éste en el que se venden las obras de los grandes artistas consagrados y en el que se posicionan otros con buena trayectoria profesional que empiezan a ser conocidos gracias a la subida de pujas en subasta pública.
Un elemento esencial en este mercado secundario son las galerías. A menudo trabajan en los dos mercados, pero su actividad se centra sobre todo en el secundario con la promoción de sus artistas y participación en las ferias. En la venta de una obra, entran en juego gestores, representantes artísticos, casas de subastas y marchantes.
Cuando se da una sólida relación laboral de una galería con un artista, se denomina galería primaria. Los representantes de estas galerías suman a las tareas antes mentadas, las de construir toda una red internacional de colaboradores, tanto para sus artistas como para acuerdos de intercambio de obras, artistas, información. Además, presentan a sus artistas en las ferias de arte internacional, desarrollan estrategias de comunicación y buscan exponer a su artista facilitando su participación en foros y conferencias.
La compra en subasta a menudo es más rentable, ya que el precio de salida (precio mínimo de venta más la comisión) está muy por debajo del precio real de la pieza y aunque es imprevisible el número de pujas que habrá en subasta, las posibilidades de que sea una compra más económica son muy altas.